
A lo mejor ha advertido cierta ausencia de halagos, chascarrillos y cuitas hacia su presencia. No se inquiete, anduve formándome con sabios que aún la ignoraban y costome mucho darles a entender toda su prestancia. Al final convenciles de colectar monedas doradas con las que construirle el dolmen que es de mérito que usted tenga. Ellos me dejaron turbado con su lengua. Urgiría notarla pronto, o me veo escribiendo églogas
Comentarios