Prepararía una cena de Nochevieja. No se si eres de gambón al tango feroz, o de ensaladilla con paseo con las manos entrelazadas. Pero me gustaría improvisar. Tendría la nevera con productos rojos que calentar. Hasta las uvas saben mejor si se toman de labios ajenos. Y no serían doce campanadas porque ya nos habríamos perdido en los cuartos. Ahora tengo que encontrar el año.
Nochevieja
Publicado en Uncategorized
Comentarios