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Ducado

Me ofrecen un ducado en la Plaza Mayor de su barrio. No cobraré diezmos ni nada parecido, pero la veré pasar todos los días. Contrataré súbditos que le silben como jilgueros al amanecer y que le lleven la bolsa de la compra dos días por semana. Compraré algún sillón de Ikea que le sirva para descansar, y una maceta por si se quiere entretener regando. Dudo sobre el color: ¿a juego con el color de sus ojos despierta o dormida?

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Publicado en libro poemas Relato

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