Ha sido la primera vez que me enamoro de alguien que no tenga una “a” en su nombre. Y así todo ha sido especial. He encontrado sólo doce canciones con tu nombre, diez poemas que terminan con tu última sílaba, y tres postres que hacen mención a tus vocales en su orden. He escrito ya trece poemas que evocan tus ojos y he bautizado con tu nombre el jardincillo que está saliendo de mi casa a mano derecha. He pedido a los hombres de azul que inauguren el invierno saludando desde una duna que recuerde la curva de tu espalda cuando duermes, y van a sacar un dulce que cuando se funde en la boca deja los labios listos para ser besados. Y tus ojos, ay! Tus ojos… he buscado entre doce mil colores pantone y ninguno me evoca la sensación de tenerlos a menos de cinco centímetros y desear cerrarlos. A lo mejor es que que tengo que mirarlos más de cerca. ¿Dónde desayunas mañana?
Ha sido la primera vez
Publicado en microrrelato Relato
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