La primavera llegará igual que todos los años, señora. Me despertaré una mañana y veré que huele a tierra recién mojada en el balcón y a romero en el armario del pasillo; que su camiseta de dormir lleva prendidas hojas de margarita y sus zapatillas arrastran briznas de hierba. El alféizar de la ventana será del color del almendro en flor y las persianas se habrán convertido en cortinas de lluvia. De la mesa de la cocina florecerán las amapolas y del fregadero colgarán madreselvas. Pero el mejor indicativo, señora, de que ha llegado la primavera, será observar que de nuevo usted ha florecido.
La primavera llegará igual que todos los años
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